Sí, llámenme inculto, superficial, amante de lo extranjero o como quieran, pero la verdad es que nunca, pero nunca había leído algo de Pablo Neruda. O sea, en realidad una vez me apareció un poema de él en un ensayo de la P.S.U. y no sé si fue por eso o porque simplemente no me gustó que no quise volver a leer otro de sus poemas, aparte, nunca fui un fanático de la poesía, para nada.
No sé si saben esto, pero soy traductor y pretendo especializarme en traducción literaria y audiovisual. En realidad no tienen porqué saberlo porque es algo que sólo conocen mis amigos más cercanos y bueno, ahora, ustedes también. Un día estaba hablando con una persona que es mi amigo, colega —es super raro decirle colega, espero que no lea esto— y jefe, sí, todo al mismo tiempo y me preguntó si había leído a algún escritor latinoamericano. Creo que le dije que en colegio leí Crónicas de una muerte anunciada y que seguramente debí haber leído otros autores de latinoamérica, pero que no me acordaba. Me miró feo y me dijo que si pensaba traducir literatura debía leer mucho en español, me dijo que leer «novelas gringas» no me iba a ayudar a traducir mejor, etc, etc etc… me piqué y empecé a pensar qué podría leer paracallarlo mejorar y fue justo en ese momento cuando Claudia Reyes, más conocida como Miss Kings, me empezó a hablar de Pablo Neruda. Me dijo que le encantaba, pero que tal vez no era para mí. Finalmente, me acordé que a los dos nos gustó Sinsajo y que es la amiga con gustos más parecidos en libros, así que me animé a leer a Neruda y quise empezar con 20 poemas de amor y una canción desesperada.
No sé si saben esto, pero soy traductor y pretendo especializarme en traducción literaria y audiovisual. En realidad no tienen porqué saberlo porque es algo que sólo conocen mis amigos más cercanos y bueno, ahora, ustedes también. Un día estaba hablando con una persona que es mi amigo, colega —es super raro decirle colega, espero que no lea esto— y jefe, sí, todo al mismo tiempo y me preguntó si había leído a algún escritor latinoamericano. Creo que le dije que en colegio leí Crónicas de una muerte anunciada y que seguramente debí haber leído otros autores de latinoamérica, pero que no me acordaba. Me miró feo y me dijo que si pensaba traducir literatura debía leer mucho en español, me dijo que leer «novelas gringas» no me iba a ayudar a traducir mejor, etc, etc etc… me piqué y empecé a pensar qué podría leer para
Jamás pensé que leería un libro de poesía, pero empecé por el mejor. Seguramente debido a eso, a que es mi primer libro de poesía, no pude apreciar la belleza de los otros poemas, no tanto como la del Poema número 20 y La canción desesperada. A pesar de mi limitada capacidad para leer poesía, hay un par de líneas que tengo que comentarlas.
La primera es del Poema 10: «Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana?» No se me olvidó poner el primer signo de interrogación, fue él la persona que lo omitió y voy a respetar eso. Esta frase no necesita más explicación, es tan fuerte, sincera y triste ¿Lo peor? ¡Es que absolutamente cierta! ¿Por qué sucede eso? No sé, pero sucede.
La primera es del Poema 10: «Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana?» No se me olvidó poner el primer signo de interrogación, fue él la persona que lo omitió y voy a respetar eso. Esta frase no necesita más explicación, es tan fuerte, sincera y triste ¿Lo peor? ¡Es que absolutamente cierta! ¿Por qué sucede eso? No sé, pero sucede.
Poema número 20: «Ella me quiso, a veces yo también la quería» ¿Y a quién no le ha pasado? Todos a veces queremos, a veces nos dejamos querer, a veces pasa todo, a veces pasa nada, a veces pasa todo menos lo que debería pasar. Él la quería a veces y aún así terminó con el corazón destrozado. «Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido» ¿Es necesario decir algo después de esto? ¡No! Y si con esa frase no es necesario decir algo, con la que viene no es necesario aguantarse las lágrimas: «Mi alma no se contenta con haberla perdido». No sé qué pasó con mi cuerpo en ese momento, pero empecé a sentir esa ¿electricidad? que sólo te da cuando sabes que se está acabando algo, ese nudo en la garganta se quedó un buen rato conmigo después de leer el final de este poema:
«Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo»
Más allá de haber o no haber vivido algo parecido, Neruda supo hacer que el lector sintiera todo lo que le estaba pasando, supo romperte el corazón y dejarte con nostalgia harto rato. Esta es la primera vez que leo algo de Pablo Neruda, pero puedo asegurarles que no será la última.